sábado, 16 de febrero de 2019

El Poder de la Luna


Me gusta mirar la Luna por las noches, cuando toda la ciudad está en silencio, cuando el resto del mundo duerme. Me produce una sensación de belleza, intimidad y a la vez de misterio. 

El hecho de estar mirándola en las horas de madrugada, me hace sentir relajado; casi como si fuéramos unos amantes furtivos que se citan al anochecer, para compartir unos secretos y sentimientos que sólo nosotros dos conocemos, y nadie más.

La Luna ha condicionado durante generaciones los quehaceres del ser humano. Para algunos especialistas, la Luna no sólo moviliza periódicamente las aguas y tierras de nuestro planeta, sino también los sentimientos, ideas y acciones de sus habitantes. 

Según otros, la única influencia de la Luna sobre la Humanidad es cultural, al dar origen a infinidad de leyendas, mitos y obras de ciencia ficción, e inspirar rituales religiosos y poemas románticos. 

Los escépticos señalan que las teorías sobre el influjo lunar, no han sido corroboradas por estudios concluyentes; ya que se basan en datos anecdóticos, e incluso inexistentes. Contradicen a veces las leyes de la física, y deben considerarse, sólo como una creencia, hasta que se demuestre científicamente lo contrario.

Quizá sea mejor que la cuestión se siga manteniendo en las sombras. ¿Para qué quitar con datos o cifras científicas, la más mínima parte de la fascinación, que produce en los seres humanos, desde tiempos inmemoriales?




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